jueves, 20 de octubre de 2011

Hacer las cosas siempre igual



Hay algunos recuerdos, nimios y lejanos en el tiempo, que se quedan impresos en nuestra memoria con una clarividencia y recurrencia fuera de toda lógica. Es el azar del cerebro que nos hace únicos.
Entre esos recuerdos, tengo uno que a porteriori me ha servido mucho en la vida en general y en la vela en particular.
Sucedió hace muchos años, Yo me iniciaba en la vela y era proel del mítico Cholo Armada, en uno de los primeros entrenos que hice con él, estábamos aparejando el barco y las velas, y yo me disponía a poner un sencillo grillete que iba en el puño de amura de la mayor. Ese grillete tiene dos posiciones, una roscándolo  desde estribor y otro desde babor. Me obligó a rectificar la posición en que lo había colocado y hacerlo desde estribor, es decir que mirando hacia la proa pudiera usar la mano derecha fácilmente para hacerlo. La forma en que me lo dijo, hizo que nunca lo olvidara. Veía aquel grillete y me acordaba de aquel día. El barco se aparejaba siempre de idéntica manera, y si había que sustituir un cabo se buscaba uno igual o lo más parecido.
Vosotros, al igual que yo en aquel momento, pensaréis que es una típica superstición, que es una simple cabezonería del típico patrón. Pero con él tiempo me he dado cuenta de la gran importancia que tiene realizar todo con un método, estudiado y exacto. ¿Por que?

  1. Aporta seguridad en las operaciones
  2. Aporta hábito y rapidez, y nunca olvidas nada.
  3. Elimina detalles que distraen la atención.
  4. En caso de una urgencia o problema todo se resuelve mucho más rápido.
Eso no quiere decir que tengamos que hacer siempre lo mismo, se han de mejorar los métodos, pero es muy importante repetirlos. Y esto sucede desde la forma de aparejar el barco hasta la forma en que navegamos... Hemos de dejar la cabeza libre, para utilizarla con todos sus recursos en lo que no podemos controlar: el campo de regatas y los contrincantes.

También es verdad que esto tiene un problema. Muchas veces nos acomodamos a realizar una tarea de una manera predeterminada y aun a sabiendas de que existen métodos más rápidos efectivos y mejores renunciamos al esfuerzo de cambiar.  Esto nos pasa sobre todo con la edad en que la comodidad de la rutina puede a las mejoras del cambio.... y para eso sirven o deberían servir los entrenos.

lunes, 17 de octubre de 2011

El gran trofeo


Hoy, acabo de estar en un acto de despedida por la muerte de un compañero de navegación. Una gran parte de los amigos asistentes eran consecuencia de una de sus pasiones: La vela.
No estaban allí porque hubiera sido un gran regatista u obtenido grandes trofeos en olimpiadas, europeos o mundiales, para nada: era un regatista más, que buscaba disfrutar regateando. Pero había obtenido muchos y grandes trofeos que no se ponen en una vitrina: Amigos, buenos amigos.


¿Porque cuento todo esto? Porque la competición es un juego enriquecedor, nos hace mejores sacando lo mejor de nosotros mismos, aporta buenas cualidades y aptitudes. Y este blog intenta humildemente mostrar algunos caminos. 
Pero las regatas se acaban y uno llega a tierra y allí se sigue jugando al juego de la vida.


Cuando uno es amater, navega por hobby y busca ganar, pero también divertirse, mezclar esos dos juegos, el de las regatas y el de la vida, resulta fácil y natural, porque el ambiente es siempre amigable.


Pero cuando el juego de las regatas empieza a ser profesional, se juegan allí clasificaciones, medallas o dinero, ya no es tan fácil unir esos dos mundos. Hacerlo bien es imposible. Siempre se sacrifican estudios, carreras, novias o mujeres, familias, otras pasiones y sobre todo amigos. Es la eterna búsqueda del equilibrio inestable.


Es entonces cuando deberían llegar las lecciones para ser un buen regatista en tierra, pero esas lecciones las da la vida, ya no se trata de ser el mejor, sino una buena persona... y eso si que es difícil. Esa el la gran regata y los amigos de ese camino el gran trofeo.

martes, 11 de octubre de 2011

Novel economía 2011 versus competición


Acaban de el premio Nobel de economía a dos personas que trabajan en macroeconomía empírica digamos que intentan estudiar la macroeconomía como si fuera física o química, de cara a poder conocer la realidad a través de formulas. Ambos de manera aislada intentan explicar como las expectativas influyen en la realidad que vivimos.

¿Porque cuento esto aquí? porque creo que esta "teoria de las expectativas racionales" es vital también en los deportes. Para explicarlo de una manera sencilla esta teoría implica que actuamos en el presente según las expectativas racionales que tenemos en la cabeza.
Es economía quiere decir por ejemplo que la bolsa sube o baja antes de que suceda la hecho por lo que debería subir o bajar, y cuando llega el hecho permanece impasible.

Esto nos sucede también compitiendo, nos hacemos unas expectativas racionales de como vamos a quedar en la regata y eso hace que actuemos de una manera determinada en el presente. Esta actuación nos aboca de esta manera a las expectativas racionales que teníamos en nuestra cabeza.
Es aquí donde juega un papel fundamenta la psicología del deporte. Creando expectativas irracionales, cambiando la estrategia, utilizando métodos que eviten que nos sumerjamos en nuestras propias expectativas, etc.
Simplemente he aprovechado este premio Nobel de la economía para sintetizarlo en una frase, que da para mucho:
"El tratamiento de nuestras expectativas de futuro, tiene mucho que ver en lo que hacemos ahora"

lunes, 10 de octubre de 2011

Velocidad, velocidad...


Una regata es un compendio de muchas, muchísimas cosas, pero hay un elemento que es fundamental: La velocidad. Si vas mucho más rápido que los demás podrás hacerlo mucho peor que ellos y aun así tendrás muchas probabilidades de ganar.
La velocidad es precisamente la parte principal que buscamos mejorar en los entrenos, y es la razón también de que renovemos el material: velas, palos e incluso barco. "Un barco rápido nos hace buenos".


Pero hoy no voy a hablar de este aspecto de la velocidad, voy a hablar de una maniobra donde nos olvidamos de la velocidad... la toma de las boyas.
Hace apenas unos días fuimos, un grupo de laseristas master, a pedalear. Hicimos una ruta bastante larga en la que nos encontramos con muchos repechos pequeños donde las bajadas se enlazaban con las subidas de manera repetida. Con estos perfiles es muy importante acelerar en el tramo final de la bajada para acometer la subida con más velocidad e ir progresivamente cambiando los piñones mientras deceleramos hasta el ritmo normal de subida. Si no lo hacemos así, llegamos al final de la bajada con poca velocidad y sin pedalada consistente para acometer los primeros metros de subida, con la consecuencia de que en seguida perderemos la inercia que disponíamos en la bajada.
Navegando pasa algo similar, cuando llegamos a las boyas nos concentramos más en los elementos circundantes, en los controles del barco, en no tocar la boya, en situarnos en el lado apropiado, etc. en lugar de preocuparnos por el elemento más importante y vital que es la velocidad.
Que hemos de hacer?
Siempre en las tomas de la boyas, excepto raras excepciones, nos hemos de preocupar en no parar el barco en el caso de venir de un rumbo rápido a otro lento (largo o popa a ceñida), y en acelerarlo lo antes posible en el caso de tomar la boya desde un rumbo lento ceñida a un rumbo rápido largo o popa.
Esto significa dejar de lado controles, orza, etc e intentar coger esa ola que está justo delante nuestra, en redondear las boyas con suavidad sin meter el timón bruscamente, en cazar o soltar las velas de manera armoniosa con la caña, en estar atento a compensar la escora,.... Todo parece fácil pero son maniobras que requieren muchas horas.
Esta maniobra os puede acercar mucho al que va justo delante o permitir coger una pequeña distancia respecto al perseguidor.


Si hay una palabra que debe estar siempre en nuestra cabeza desde la salida a la llegada es velocidad, velocidad, velocidad... y curiosamente comparte comparte las tres primeras letras con la palabra vela. Así pues para ganar practiquemos "VELACIDAD"

lunes, 3 de octubre de 2011

Actúa como un niño


Los niños aprenden básicamente copiando y cuando algo no lo entienden lo preguntan insistentemente, ¿y por que?. Estas dos aptitudes o facultades, copiar y preguntar, aunque siempre permanece en nosotros, se mantiene oculta e infrautilizada por la vergüenza de su uso delante de los demás.
Frente al mito de que los niños aprenden más rápido que los adultos, esta la realidad de que los adultos disponen de muchísimos más recursos que un niño para aprender cualquier tarea medianamente complicada.
Un idioma, por ejemplo, un niño necesitará años para dominarlo, entenderlo y hablarlo. En un mes un adulto puede apañarse en una idioma, casa imposible para cualquier niño, incluso siendo un niño superdotado.
¿Porque entonces ese estancamiento en los adultos a la hora de mejorar en cualquier actividad?
El estancamiento viene sobre todo por la falta de motivación, el exceso de actividades, y la sociedad que nos rodea que nos viste con un corsé que apretamos nosotros mismos.


Si estás abajo de todo y quieres mejorar, empieza con estas tres premisas:
  1. DESÉALO. Con todas tus ganas, que sea un objetivo prioritario, marcando metas asequibles.
  2. COPIA. Fíjate en los que saben, los que son mejores que tu, obsérvalos como haría un niño.
  3. PREGUNTA. No te cortes, pregunta hasta lo que los demás ven obvio y tu no lo ves así. Insiste si no lo entiendes. No te preocupes si quedas como un tonto. No des nada por supuesto. Además a todos nos gusta que nos pregunten, porque la vanidad es fácil de alimentar. 
Navega como si fueras de nuevo un niño.