“El bienestar es saludable para el cuerpo, pero es el dolor el que desarrolla las fuerzas del espíritu” dice Marcel Proust .
Los que practican deporte de competición, o practican cualquier actividad en una búsqueda constante de ir consiguiendo superar objetivos, saben que el dolor físico no puede ser ajeno a su recorrido.
Sentir el dolor es en cierta manera una conquista de cada entreno, es saber que estás llegando al límite, entre lo que quiere la cabeza y puede el cuerpo. Y el objetivo de los entrenos es gestionar ese dolor manteniendo la actividad: Sufrir pero no morir, sufrir sin pasar la frontera a la lesión, sufrir pero seguir... entonces ese dolor nos hace grandes.
En lugar de ver en el dolor físico a un enemigo aprendes a gestionarlo, a controlarlo, a sobrellevarlo, y llegas a amarlo como a ese aplauso por haberlo dado todo!
“No podemos amar sin sufrir” dicen, y yo lo cambio en "No podemos ganar sin sufrir", los ingleses lo sintetizan en ese: "No pain, no gain".
Cuando ya no te queda nada para poder vencer, cuando ves que tu contrario es superior técnicamente y físicamente, entonces dices:
“No quiero que te vayas dolor, última forma de ganar, aun perdiendo”.