"I see skies of blue and
clouds of white
The bright blessed day, the dark sacred night
And I think to myself what a wonderful world."
The bright blessed day, the dark sacred night
And I think to myself what a wonderful world."
Todos sentados en silencio
escuchábamos la voz de Louis Amstrong que con esa sencilla y plácida melodía
expresa que lo cercano y más accesible es lo que hace a este mundo maravilloso.
Eran unos minutos de recogimiento, de pensar en el Pere,
de recorrer alguna imagen del pasado con él, de pensar en quien y porque habían
elegido esta canción de despedida. Su ataúd, con flores y su casco de bombero
estaba allí, de protagonista en la gran iglesia de Taradell, cercana a Vic, que
hoy se quedaba pequeña, muy pequeña.
Todos de pié al unísono, en el momento en que dos personas
se acercaron a retirar su féretro. Conociendo al Pere, aun es capaz de hacernos
alguna trastada. Pensé. Su cuerpo salía por una puerta lateral de la iglesia,
pero él salía a cachitos en la cabeza de cada uno de nosotros por la puerta
principal.
Saliendo de la Iglesia, tenía a mi lado a Jordi Pujol, muy
avejentado, me costó reconocerlo, le saludé y le expresé mis condolencias,
porque alguien me comentó que era el padrino del Pere.
Éramos de los últimos en salir y el exterior de la
iglesia estaba repleto de gente. Busqué a Anna la mujer del Pere, y cuando tuve
oportunidad le di un fuerte abrazo, ¿qué más puedes hacer, sino abrazarla con
una mezcla de cariño y fuerza, para que una simple palabra: “ánimo” duré un
poco más que lo que dura en el aire?
Poco después abracé a su hijo pequeño, unos 19, se
acordaba de mi nombre: - Fredi ¿no? Me dijo.
Mientras yo recordaba como hacía 10 años Pere jugaba en la piscina de un hotel
de Mallorca con mis hijos y los suyos, cautivándolos con todo tipo de
barbaridades. Era el primer campeonato de España master de la clase Laser en el
club del Arenal. Le dije que tenían un padre excepcional, y que cuidaran a su
madre. ¿Acaso otra frase era posible?.
Volvimos a Barcelona. No estábamos todos los que les
hubiera gustado poder venir del grupo de vela, pero éramos un buen puñado, más
de veinte. Y estábamos allí no solo para acompañar a la familia, también y sobre
todo para acompañar a Cesar, su amigo del alma y nuestro compañero en el
wonderful world del BISC en el Forum. Pere y Cesar eran y son indivisibles.
Apenas un año antes del día de hoy. Uno de esos viernes que
salimos a llenar con velas el mar del Forum, apareció el Pere, sin ánimo de
navegar. Nos invitó a todos a tomar unas birras, mientras nos explicaba que
para él, nosotros, el grupo de Laser master, éramos muy importantes. Que éramos
como una segunda familia, y por eso quería contarnos que le habían detectado un
Cáncer complicado con metástasis, y que iba a estar un tiempo sin navegar, pero
que volvería porque se lo iba a poner muy difícil a la enfermedad.
El “cabrón” del Pere aún tuvo los collons de venir unas
cuantas veces entre quimioterapias a navegar. Era una bestia!. Nos dio esperanzas a todos de que volvería en
plenas condiciones… desgraciadamente todo se complicó y los últimos meses
fueron realmente duros. Y a todos nos queda la sensación de que podíamos haber
hecho más.
Antes de que sonara la canción a wonderful world, y una
vez acabado el acto litúrgico, Cesar tuvo la entereza de leer un pequeño discurso:
“Era un granuja sin maldad”, “nos hicimos amigos en la
escuela porque éramos los dos alumnos que coleccionábamos más consonantes de la
clase: TDA, TDAH, TEL…” Cesar pintó, con
palabras en nuestros corazones, su amistad con Pere. Y arrancó con ellas nuestras
lágrimas.
Pere llenaba; nos deja un gran vacío y echaremos de menos
su ratafía.
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