viernes, 27 de diciembre de 2013

Apatía


Apatía, es el más peligroso contrincante que puede tener un deportista. La apatía no es pereza, no es cabreo, no es tristeza, no es decepción, no es disconformidad, no es desacuerdo...
La apatía es no ser.
Quizás sea lo que buscan los budistas en su meditación, cuando precisamente quieren disociar el cuerpo de la mente, o esa evasión de la realidad que todas las religiones buscan en sus oraciones, algo tiene de todo eso.
Y tan difícil es saber meditar y evadirnos, como escapar de la apatía cuando es ella la que nos imbuye y no somos nosotros los que la buscamos.
La apatía nos puede llegar temporalmente por una lesión, por una situación dramática cercana, por un cambio en nuestros objetivos, por una situación social, o por el simple cansancio. Alcanza a la mente o al cuerpo y de la una pasa a la otra, abrazando conjuntamente a todo nuestro ser fundiéndolo en la más terrible de las tiranías.
Tanto es así, que cuando queremos fastidiar a alguien solemos teatralizar la apatía, frente a ellos.

¿Porque hablo de la apatía, en este blog sobre la vela (o la vida)? Porqué en lo contrario de la apatía está el alma de la competición: la emoción y la motivación, estado del alma y del cuerpo que se funden para multiplicar las expectativas.

He buscado sin éxito un antónimo para la apatía, que funde sabiamente el estado inactivo de todo tu ser.

Por la apatía, te llegan derrotas aisladas, te llega la mala preparación y muchas veces el dejar el deporte.

¿Como escapar de la apatía? apunto dos cosas, aunque quizás vosotros tengáis más recursos:

  1. Creo que lo primero es dejar que no sea ella tu única compañera. Busca amigos que te contagien la emoción y motivación, compañeros que sepan que tu apatía está ahí y que te ayuden a alejarla. Al principio formará parte del grupo, molestará un poco, pero con tesón y mucho por tu parte entre todos se espantará, y rápido.
  2. Buscar tu lado más fuerte, la mente o el cuerpo para ponerlo en movimiento, y desde ahí hacer hueco poco a poco en todo tu ser.
La  apatía puede ser la ruptura de un ciclo necesario, de un cambio que no nos atrevemos a dar y nuestro ser se revela escapando. Entonces hemos de estar atentos al siguiente ciclo... porque detrás de una larga apatía esta la depresión.


Y es que nuestros mayores contrincantes siempre están en nuestro interior.

Emoción y motivación para el 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario